En la actualidad, uno de los cambios más notables en nuestra sociedad es el envejecimiento progresivo de la población. La esperanza de vida ha aumentado considerablemente, lo que implica un reto y una oportunidad para mejorar la calidad de vida de las personas mayores. En este contexto, es fundamental abordar el envejecimiento de manera activa y saludable.

Envejecimiento Activo: Un Concepto Vital
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el envejecimiento activo como un proceso que optimiza las oportunidades de salud, seguridad y participación a lo largo de la vida. Este enfoque busca no solo mejorar la calidad de vida de las personas mayores, sino también garantizar su inclusión en la sociedad, respetando sus necesidades y deseos. Esto significa que, al envejecer, no solo se debe cuidar la salud física, sino también la salud mental y social.
El ejercicio físico es un pilar esencial para el desarrollo de una buena calidad de vida en la vejez. La actividad física no solo mejora el estado físico de los mayores, sino que también tiene un impacto significativo en su bienestar mental. Aquí hay algunos de los beneficios más destacados:
1. Mejora del Estado Físico y Mental
El ejercicio regular ayuda a mantener la salud cardiovascular, fortalecer los músculos y mejorar la flexibilidad. A nivel mental, se ha demostrado que el ejercicio puede reducir la ansiedad y la depresión, proporcionando una sensación de bienestar general.
2. Reducción del Estrés
La actividad física actúa como una válvula de escape para el estrés diario. Al participar en ejercicios, las personas mayores pueden desconectarse de las preocupaciones cotidianas, lo que contribuye a mejorar su estado de ánimo y su calidad de vida.
3. Mejora Cognitiva
El ejercicio también tiene un efecto positivo en la cognición. La actividad física regular está asociada con una mejor función cognitiva, lo que puede ayudar a retrasar el deterioro mental asociado con la edad.
4. Fomento de la Autoeficacia
La motivación para realizar actividad física juega un papel crucial en el autoconcepto de las personas mayores. Cuando se sienten capaces de participar en actividades físicas, su autodeterminación y autoeficacia se incrementan, lo que contribuye a una mejor autoimagen.
5. Fortalecimiento de Relaciones Sociales
El ejercicio físico también promueve la interacción social. Participar en actividades grupales o en clases de ejercicio no solo mejora la salud, sino que también crea un sentido de comunidad y conexión con otros, lo que es esencial para el bienestar emocional.
Ejercicio como Terapia No Farmacológica
Hoy en día, se reconoce que el ejercicio físico adaptado a las necesidades de la población mayor es una de las mejores terapias no farmacológicas para combatir las enfermedades asociadas al envejecimiento. Condiciones como la artritis, la hipertensión y la osteoporosis pueden beneficiarse enormemente de un programa de ejercicio bien diseñado.
Cómo Empezar
Si eres un adulto mayor o conoces a alguien que lo sea, aquí hay algunas recomendaciones para comenzar a incorporar el ejercicio en su rutina diaria:
- Consulta a un Profesional: Antes de comenzar cualquier programa de ejercicio, es recomendable consultar a un médico o a un fisioterapeuta para asegurarse de que las actividades sean seguras y adecuadas.
- Empieza Poco a Poco: No es necesario hacer grandes cambios de inmediato. Comenzar con caminatas cortas o ejercicios suaves puede ser un buen punto de partida.
- Encuentra Actividades que Disfrutes: Ya sea bailar, nadar o practicar yoga, elegir actividades que sean placenteras hará que sea más fácil mantenerse motivado.
- Únete a Grupos: Participar en clases o grupos de ejercicio puede no solo hacer la actividad más divertida, sino también ofrecer oportunidades para socializar.
Recuerda siempre que el envejecimiento activo y saludable es un camino que todos podemos emprender. A través del ejercicio físico regular, no solo mejoramos nuestra salud física, sino que también potenciamos nuestro bienestar mental y social. La clave está en mantenerse activos, conectados y en sintonía con nuestras capacidades y deseos. Así, no solo viviremos más años, sino que también disfrutaremos de una mejor calidad de vida en nuestra etapa dorada. ¡A moverse!
Martínez Heredia, N., Santaella Rodríguez, E., & Rodríguez-García, A.-M. (2020). Beneficios de la actividad física para la promoción de un envejecimiento activo en personas mayores. Revisión bibliográfica (Benefits of physical activity for the promotion of active aging in elderly. Bibliographic review). Retos, (39), 829-834. [https://doi.org/10.47197/retos.v0i39.74537