Universidad Nacional de Colombia
Práctica en educación en el Jardín Infantil
Elaborado por: Barbara Samary Galeano Vargas, Sebastián Ramírez Cardona.
Fonoaudiología
Estimulación del lenguaje en casa

Etapa de desarrollo del lenguaje
Entre los 3 y 4 años, los niños desarrollan un lenguaje mucho más estructurado y comprensible. La mayoría de las frases que producen se asemejan a oraciones simples bien construidas, utilizando oraciones de cuatro o más palabras que les permiten expresar con claridad ideas, deseos y experiencias cotidianas, como relatar lo que hicieron durante el día.
Basados en el lenguaje oral a esta edad se deben trabajar las áreas preparatorias para la conciencia fonológico; la habilidad fundamental en pre lectores que garantizará el éxito en el proceso lecto-escrito. Las áreas preparatorias son: escucha activa que incluye memoria auditiva, discriminación auditiva y juegos de silencio. Y la conciencia léxica donde los niños empiezan a comprender la noción de frases formadas por palabras.
De los 3 a los 4 años los niños pueden escuchar atentamente y discriminar sonidos, decir si dos palabras riman, discriminar palabras de pseudo palabras. Además en esta etapa, se observa un crecimiento importante en la fonología, con una base en morfemas simples y una expansión progresiva del repertorio de sonidos del habla. Aunque aún pueden presentar errores fonológicos, estos procesos tienden a desaparecer hacia los 4 años, momento en el que pronuncian correctamente la mayoría de las palabras con estructura morfológica simple. A nivel gramatical, comienzan a aplicar reglas básicas como el uso correcto de pronombres, plurales y conjugaciones verbales, y su vocabulario crece rápidamente, permitiéndoles participar en conversaciones más complejas. A pesar de algunas dificultades en la pronunciación de ciertas consonantes, intentan decirlas correctamente, lo que evidencia un esfuerzo por mejorar su articulación. Además, en esta etapa muestran un notable interés por la literatura infantil, especialmente por poemas, rimas y juegos de palabras absurdos, los cuales no solo les divierten, sino que también favorecen su desarrollo fonológico y creativo. También comienzan a comprender conceptos más abstractos y a construir relatos más largos, lo que refleja una evolución en su capacidad narrativa y de pensamiento.
Algunas actividades
Juegos de identificación de sonidos
La actividad consiste en presentar a tu hijo(a) una variedad de sonidos, como los de animales (por ejemplo, un perro ladrando o un gato maullando), medios de transporte (como el sonido de un avión, un tren o un automóvil), y sonidos de la naturaleza (como la lluvia, el viento o el canto de los pájaros). Luego de escuchar cada sonido, se le pedirá al niño que lo identifique verbalmente o señalando una imagen relacionada. Esta dinámica estimula la atención auditiva, enriquece el vocabulario y promueve el desarrollo del lenguaje.
Cantamos y jugamos con las manos
Invita a tu hijo(a) a cantar canciones infantiles que contengan rimas y movimientos, como «Pin pon es un muñeco». Mientras cantan, ambos realizan juntos los gestos con las manos correspondientes a la letra de la canción. Se puede repetir la canción varias veces para que el niño memorice y coordine los movimientos con el canto. Esta actividad fortalece el vínculo afectivo, estimula el lenguaje, la memoria auditiva y la coordinación motora.
Jugamos con refranes y adivinanzas
Para el desarrollo de la actividad expresa a tu hijo(a) refranes populares para que intente completarlos (por ejemplo: “Camarón que se duerme…”), o plantea adivinanzas simples para que el niño adivine (por ejemplo: “Blanca por dentro, verde por fuera. Si quieres que te lo diga, espera, espera…”). Luego, pueden dibujar juntos la respuesta o representarla con objetos del entorno. Esta actividad enriquece el vocabulario, desarrolla el pensamiento lógico y favorece la comprensión oral, todo en un ambiente de juego compartido.
Lectura compartida
Establecer una rutina de lectura diaria con tu hijo(a) es una excelente manera de fortalecer su desarrollo y el vínculo afectivo entre ustedes. No es necesario leer todo el cuento en una sola sesión; lo importante es disfrutar del momento compartido y permitir que el niño explore el libro contigo. Anímalo a participar activamente: puede elegir el libro que más le llame la atención, pasar las páginas, señalar imágenes, repetir palabras o frases, hacer preguntas o incluso inventar lo que podría pasar después. Estas pequeñas acciones lo ayudan a desarrollar su lenguaje, su imaginación y su gusto por la lectura. Recuerda que lo más valioso no es la cantidad de texto leído, sino la calidad del tiempo compartido y el interés que el niño va construyendo por los libros gracias a tu acompañamiento cercano y afectivo.
Conversaciones familiares
Conversar con tu hijo(a) sobre los objetos que hay en su entorno es una forma sencilla y poderosa de estimular su lenguaje y su capacidad de observación. Puedes aprovechar cualquier momento del día mientras caminan, juegan o están en casa para señalar objetos, nombrarlos y describirlos con palabras sencillas y claras. Por ejemplo, puedes decir: “Mira, esa es una pelota roja, redonda y grande”. Es importante que le des tiempo al niño para responder o reaccionar, incluso si tarda en hacerlo. Evita interrumpirlo o completar sus ideas rápidamente; en su lugar, espera con paciencia y demuéstrale que valoras su participación. Esta práctica fortalece la toma de turnos en la comunicación, le enseña que las conversaciones son un intercambio y lo anima a expresarse con mayor seguridad.
Juego de roles
Transformar las actividades cotidianas en aventuras divertidas es una excelente manera de estimular la imaginación y el lenguaje de tu hijo(a). Momentos como cocinar, limpiar la casa o ir a la tienda pueden convertirse en juegos llenos de creatividad si se presentan como misiones especiales o historias fantásticas. Por ejemplo, al cocinar juntos, pueden imaginar que son chefs en un restaurante famoso o científicos preparando una poción mágica. Al ir al supermercado, pueden convertirse en exploradores que buscan tesoros escondidos. Para hacer estas experiencias aún más emocionantes, utiliza accesorios, disfraces caseros o incluso voces de personajes. El juego de roles no solo entretiene, sino que enriquece el vocabulario, favorece la expresión oral y fortalece el vínculo emocional entre padres e hijos, haciendo que el aprendizaje surja de forma natural y divertida.
Vamos a rimar
En esta actividad, los niños se introducen en el mundo de las rimas a través de la lectura de poemas y canciones infantiles, repitiendo versos sencillos y reconociendo el sonido final de las palabras. Luego, mediante el juego con tarjetas ilustradas, buscan parejas de palabras que rimen (como “gato” y “zapato”) y, con ayuda del adulto, crean pequeñas rimas divertidas que comparten en voz alta. Para cerrar, cada niño dibuja una escena relacionada con su rima y la presenta al grupo, reforzando así su expresión oral, la conciencia fonológica, la creatividad y la sensibilidad auditiva de manera lúdica y participativa. |
Bibliografía
Owens, R. (2003). Desarrollo del lenguaje. Editorial Pearson Educación.
Jiménez González, J. E., & Ortiz González, M. del R. (2007). Conciencia fonológica y aprendizaje de la lectura : teoría, evaluación e intervención. Editorial: Síntesis
Stanislas Dehaene (2014). El cerebro lector. Editorial: Siglo XXI
Ayala Manolson, E. W., & Pepper, J (2007). Hablando… nos entendemos los dos: una guía practica para padres con niños con retraso del lenguaje. Editorial: Hanen Centre
Exploradores